
No es raro que me sorprenda a mi mismo viviendo los recuerdos ajenos, la vida de otros, los amores de otros, es posible que lo haga como un método de defensa, puede que como
una forma de darle color a mi mundo o como una simple evasión.
Soy como un perro abandonado enmedio de una ciudad desconocida.
yo también me siento a veces como perro apaleado en calle ajena.
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